Marlo, una madre de tres hijos, con la casa en gritos, con todas las rutinas rotas, se descubre sola en el vacío. Esta madre es Charlize Theron. En su casa ya nadie sabe cómo. En su cama, tampoco. Ella tiene depresión postparto; uno de sus hijos, un problema de aprendizaje; el esposo trabaja mucho y se refugia en videojuegos de guerra. Excedidos de realidad, están y no están. Nadie puede atreverse a decir que no aman a sus hijos. Desearían no ser solo padres. ¿Qué eran antes de eso? Tres hijos, tres hitos. Ni lo recuerdan.
Hay una salida. El cuñado de Marlo, un padre con mucho dinero, ofrece pagarles una niñera nocturna. Marlo solo debe cederle a su hija y ella se hará cargo de todo. Marlo solo tiene que amamantar. Esta entrega alrededor de un “todo” es lo que tarda en aceptar, en creer. ¿Es posible tal alivio y sin que haya culpa? ¿Que lo pesado se aligere hasta ya no doler?
Cuando Tully (Mackenzie Adams) llega a la casa, qué golpe. Es lo que Marlo fue o ha debido postergar. Es poliamorosa, es interesante, divertida, llena de gracia. Mucha belleza, mucha risa desprejuiciada. Parece sobrarle tiempo de juego. Gravitar en eso que los adultos evocamos desde la orilla del frente: “toda la vida por delante para cometer los errores que quieras”. Hacen un eco espejado. Conversan y se escuchan, con el oído y el corazón atentos. Reconocen sus pareceres. Lo suyo es un vínculo que retoma el deseo. Donde hay deseo hay reparación: vuelves a ser visto.
Traer vida es también un duelo. Algo dejas morir para que algo nazca.
Aunque el guion queda rebalsado con giros poco verosímiles, Tully es la imagen misma de la maternidad. Traer vida es también un duelo. Algo dejas morir para que algo nazca. Es un “estoy enojada porque nadie me dijo que iba a sufrir tanto o ha sentirme tan sola ”.
La guionista Diablo Cody, madre a su vez de tres criaturas, entiende lo que cuestiona. Junto con el director Jason Reitman crearon “Juno” y “Adultos jóvenes”. Charlize Theron y Mackenzie Adams son una energía que se desenvuelve muy por encima de la trama. Una dupla conmovedora en relatar las plegarias atendidas: ahora que tengo por fin lo que deseo, ¿qué hago?
Hace poco le pregunté a una mujer que adoro: ¿Qué es ser madre? Dijo: Ser madre es tener miedo.