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Verónica Ramírez
Periodista

Mujer tenía que ser

Publicado el 14 de febrero del 2019

Verónica Ramírez
Periodista

Mujer tenía que ser

Publicado el 14 de febrero del 2019

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Canadá, 1946. Viola Desmond tiene 32 años y es una empresaria independiente, dueña de un salón de belleza, una escuela de cosmética y una línea de productos para mujeres negras.  Viaja de Halifax a Sidney para promocionar sus productos, pero el auto sufre un desperfecto en New Glasgow. Decide ver una película mientras lo reparan y se dirige al Roseland Theatre. Compra un ticket y busca el lugar que considera más adecuado para sentarse. Pero en las primeras filas, en los asientos reservados solo para blancos, Viola no puede estar. Los negros, como ella, deben sentarse en la mezzanine y no en la platea.

Llega la seguridad del teatro. Viola no se levanta. Viola va presa.

La diferencia entre el precio de la entrada para la zona de blancos y la zona de negros es de 1 centavo. Ella ofrece pagar la diferencia, pero es condenada. Tiene que pagar una multa de 20 dólares canadienses.

Hace dos años, el primer ministro Justin Trudeau propuso que una mujer figurara en los billetes canadienses y se abrió una consulta pública para elegirla. Salvo la reina Isabel, nunca antes una mujer había protagonizado un billete. Viola Desmond fue seleccionada entre 461 candidatas para reemplazar a John A. Macdonald, uno de los padres políticos del país.

Viola Desmond fue seleccionada entre 461 candidatas para reemplazar a John A. Macdonald, uno de los padres políticos del país.

El billete de 10 dólares que lleva su rostro es de color morado y en la parte posterior lleva una imagen del Museo Canadiense de Derechos Humanos, donde, actualmente, una exposición permanente sobre la vida de Desmond explica la importancia de su desafío.

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En ese entonces no existía en Canadá una ley que aprobara, permitiera o propiciara la segregación. Los comercios, restaurantes o teatros imponían sus propias reglas racistas. Por eso fue condenada por fraude, un hecho que gatilló una lucha por los derechos civiles en Canadá. Lo mismo ocurrió en Estados Unidos, 9 años después, cuando Rosa Parks se negó a cederle el asiento a un hombre blanco en un autobús.

Durante mucho tiempo el nombre de Viola estuvo dormido, pero en 2010 le dieron un indulto a título póstumo (murió a los 51 años en Nueva York) y el gobierno de Nueva Escocia pidió disculpas a su familia y a toda la comunidad negra canadiense. Hoy todo un país se pasa de mano en mano el recuerdo de su vida y coraje.

Esa tarde de 1946 Viola Desmond siguió su instinto de igualdad y justicia, como en otras realidades lo hicieron María Elena Moyano, Micaela Bastidas, María Parado de Bellido, Clorinda Matto de Turner y tantas otras mujeres peruanas que, lamentablemente, no aparecen en nuestros billetes.

 

Viola Desmond (1914 -1965)

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