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Verónica Ramírez
Periodista

Mujer tenía que ser

Publicado el 17 de agosto del 2022

Verónica Ramírez
Periodista

Mujer tenía que ser

Publicado el 17 de agosto del 2022

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Las cosas pasan por algo. Olivia Newton-John había formado parte de Toomorrow, un grupo prefabricado por un empresario neoyorquino que pretendía arrasar entre el público adolescente de los años setenta. El grupo fue un completo fracaso, lo mismo que la olvidable película del mismo nombre que Olivia protagonizó. Con el ánimo en los suelos y la autoestima dañada, asistió a una cena de amigos donde le comentaron que estaba disponible el rol principal de la adaptación al cine de un exitoso musical de Broadway llamado Grease.

El único problema era su edad. El personaje, llamado Sandy como todo el planeta se enteraría después, era una adolescente y Olivia tenía entonces 28 años. Sin embargo, no se rindió ante las negativas de los productores. No quiso aceptar un fracaso más y pidió una prueba de cámara con quien sería su coprotagonista, un tal John Travolta. La incontestable química entre ambos convirtió a Grease, rodada en 1978, en un extraordinario éxito mundial que rescató la estética y la música de los cincuenta.

La incontestable química entre ambos convirtió a Grease, rodada en 1978, en un extraordinario éxito mundial que rescató la estética y la música de los cincuenta.

Olivia no se convirtió en Sandy debido a un golpe de suerte. Había trabajado muchísimo para conseguirlo. Desde niña, en Australia, el país que la acogió en la infancia, cantó para existir. Lo hizo desde la primaria con un grupo de amigas con las que conformó un grupo, luego en breves apariciones televisivas y en concursos de talentos. Hasta que un día ganó un premio que consistió en un viaje al Reino Unido. Tenía miedo, pero su madre la animó a que volara hacia el lugar donde había nacido.

Las cosas iban bien, lanzó su primer disco en solitario, If Not For You, en 1971, el segundo, Olivia, en 1972, y representó a su país en Eurovisión en 1974. Perdió frente a ABBA y su Waterloo, pero para entonces ya era conocida tanto en Norteamérica, como en Australia y parte de Europa.

Esa fue la antesala del enorme éxito posterior. Canciones como Hopelessly Devoted to You, You´re the One That I Want o Summer Nights se mantuvieron casi un año en los primeros puestos y hoy todavía se bailan y escuchan con nostalgia.

A partir de entonces, su vida, como la de Sandy en la película, cambió radicalmente y quedó más cerca de un lado liberador con Physical como estandarte y la vincha deportiva como emblema. Se convirtió en la reina de las pistas de baile mucho antes de que llegara Madonna, apartara al resto y se hiciera con todo el botín.

Olivia intentó repetir la química y el éxito con John Travolta en Two Of a Kind, pero obtuvo un tibio alcance, lo mismo que en la rarísima y surrealista Xanadu, donde interpretó a una musa griega en patines. También participó en algunas otras películas, como A Mom for Christmas, donde hizo las veces de un maniquí que cobra vida para cumplir el deseo de una niña huérfana. Para complementar su extravaganza cinematográfica, incursionó en el misticismo en la vida real cuando contrajo matrimonio en Cusco, en 2008, en una ceremonia en quechua.

Ni los guiones ni las interpretaciones de sus últimas películas fueron realmente memorables, pero las bandas sonoras sí, rotundamente. Aunque siempre será recordada como Sandy, Olivia hizo todo lo que estuvo en sus manos y en su voz para ser la mejor cantante de su tiempo.

“Tú eres lo que yo quiero”, decía la canción. Y todos, obedientes, la quisimos.

Olivia Newton- John (1948 -2022)

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