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Verónica Ramírez
Periodista

Mujer tenía que ser

Publicado el 2 de enero del 2019

Verónica Ramírez
Periodista

Mujer tenía que ser

Publicado el 2 de enero del 2019

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Fue pionera en muchas cosas, pero su logro más conocido es haber sido la primera mujer en ganar un premio Nobel y, posteriormente, la primera en ganar otro más (uno en Física, compartido con su marido Pierre, y el segundo en Química). Marie Curie, nacida Marya Sklodowska en Varsovia, es una de las 49 mujeres entre los 844 hombres que han recibido un Nobel desde su creación.

Marya, Manya le decían, descubrió la ciencia gracias a la influencia de su padre, físico y matemático, cuya carrera se vio lastrada por la ocupación rusa. En Varsovia estaba prohibido que las mujeres fueran a la universidad, pero ella realizó estudios clandestinos. Más tarde, Manya, luego Marie, llegó a París para convertirse en una científica con los ahorros de institutriz que había acumulado y la ayuda de una de sus hermanas. Era pobre y era extranjera, estudiaba, enseñaba y a veces no comía, pero aun así logró graduarse con el primer puesto.

¿Por qué nunca aparece sonriente en las fotos?, se pregunta la autora en el libro y cita extractos del diario de Marie, donde la científica describe en más de una ocasión la sombra de su pérdida: “otra vez tengo ganas de aullar como un animal salvaje”, escribe.

Conoció a Pierre Curie (ella tenía 27 y él 35) cuando la vida de ambos ya transcurría dentro de un laboratorio. De hecho, se casó con un vestido oscuro y práctico que luego sería su uniforme de trabajo.

El amor duró 11 años. Pierre murió atropellado por un carruaje después de compartir un Nobel, dos hijas (Irene y Eva) y un feliz matrimonio con Marie. En La ridícula idea de no volver a verte, Rosa Montero indaga en la vida de Marie a partir de la muerte de Pierre y comparte con ella la pérdida de una pareja (Montero también perdió a su marido de forma prematura).

¿Por qué nunca aparece sonriente en las fotos?, se pregunta la autora en el libro y cita extractos del diario de Marie, donde la científica describe en más de una ocasión la sombra de su pérdida: “otra vez tengo ganas de aullar como un animal salvaje”, escribe.

El mismo año de la muerte de Pierre, Albert Einstein, quien sintió una profunda admiración por Marie, la describe como “fría como un pez, lo cual quiere decir que carece de todos los sentimientos de alegría y pena”. Aun así, poseída por el dolor, continuó trabajando con materiales radiactivos hasta envenenarse por completo. En la biografía Madame Curie, su hija Eva rememora cuando su madre se desmayaba de agotamiento sobre su escritorio. Hoy, sus documentos se guardan en cajas forradas de plomo y solo se pueden consultar con una ropa especial debido a la contaminación radiactiva.

Marie Curie encontró una ilusión renovadora con un científico casado y la relación fue un escándalo monumental. A lo largo de su vida tuvo que luchar en muchos frentes: un régimen político represor, ser migrante, ser mujer científica, perder a su pareja, criar sola a sus hijas. Fue juzgada y discriminada a nivel académico y social.

Marie Curie superó todas las adversidades, inscribió su nombre en la eternidad y es la inspiración y el ejemplo de millones de personas en el mundo.  Y, sin embargo, nunca sonrió para la foto.

 

Maria Skłodowska / Marie Curie (1867- 1934)

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