Hay un rincón vergonzoso del cerebro negado para el pensamiento u otra misión elevada. Ubicado en el hipocampo, su tarea es la penosa recolección de las peores canciones que hemos escuchado en nuestras vidas. Y de ahí no salen.
He aquí un pequeño experimento que puede servir a aceptar nuestra naturaleza de recolectores de excrecencias musicales. Ponga la mente en blanco. Concéntrese en un punto dentro del cráneo en que la médula espinal se conecta con el cerebro. Y lea esto:
Azul, y es que este amor es azul como el mar
Azul, como de tu mirada nació mi ilusión
Azul como una lagrima cuando hay perdón
Tan puro y tan azul que me han vuelto el corazón
La peor canción de la historia resultó siendo Mac Arthur´s Park, de Richard Harris
Es cuestión de segundos la impronta de Christian Castro lo tendrá a usted cantando como un poseso aquél éxito de pacotilla del 2001. Usted estará corriendo en las playas de Acapulco como parte de la pandilla feliz, platinada y poliamorosa con la que Castro protagoniza la narrativa de esa sonoridad lamentablemente indeleble. Seamos valientes: Azul es parte de nosotros.
En 1997 el periodista Dave Barry, ganador de algunos Pulitzers sin haber escrito nada serio en su vida, emprendió la tarea de auscultar al público respecto a cuál era la peor canción de la historia.
Se ocupó de ello durante varias semanas en una encuesta a través de su columna en el Miami Herald, al cabo de las cuales llegó a un significativo ranking. La peor canción de la historia resultó siendo Mac Arthur´s Park, de Richard Harris (Googleen:canción de letra incomprensiblemente horrible, de la que Diana Ross hizo una versión que la empeoró aún más.)
Trasladando el trabajo de campo de Barry a nuestra realidad, acaso haya llegado el momento de compaginar nuestra propia relación de las peores canciones de la música peruana. Un gran referéndum de nuestras deposiciones musicales cumbre.
Para establecer parámetros respecto a qué se habla cuando se habla de mala música, lo más razonable es acudir a las fuentes mismas del despropósito continental. Un nombre salta inmediatamente: el guatemalteco Ricardo Arjona.
Ese estilo de composición que combina la rima fácil con el tema más desatinado posible llega a su clímax en De vez mes. La balada romántica dedicada a la menstruación femenina. Lo obsceno se reconoce al verlo:
De vez en mes te haces artista
Dejando un cuadro impresionista
Debajo del edredón
De vez en mes con tu acuarela
Pintas jirones de ciruelas
Que van a dar hasta el colchón
Arjona en estado puro. Tal vez hayamos puesto la valla demasiado alta. Pero miedo, no. El Perú ha demostrado estar a la altura de los estándares internacionales en todos los ámbitos. Para confirmar aquello repasaremos la próxima semana apenas tres ejemplos fundacionales del infortunio musical nuestro. Mientras tanto, sufridos melómanos, vayan enviando, con fé, su listas de las peores cinco canciones peruanas.