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Renato Cisneros
Periodista, poeta y novelista

Que sabe nadie

Publicado el 17 de septiembre del 2019

Renato Cisneros
Periodista, poeta y novelista

Que sabe nadie

Publicado el 17 de septiembre del 2019

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Tiene ochenta y cuatro años. Ha escrito más de veinte libros, entre novelas, textos de no ficción, memorias, ensayos, guiones, obras de teatro. Por mucho tiempo firmó artículos y columnas en revistas y diarios tan prestigiosos como Vogue, Life, Esquire, The Saturday Evening Post o The New York Times, abordando temas tan desconectados como sus migrañas, la vida alrededor de Central Park, la guerra en El Salvador o la secta de Charles Manson. Es considerada la gran cronista estadounidense del siglo veinte (y lo que va del veintiuno, sin duda). Nació en California, recorrió su país del oeste al sur y vivió las décadas del sesenta y setenta en ciudades tan intensas y vivas como San Francisco, Los Ángeles y Nueva York. Estuvo allí cuando surgió el movimiento hippie y registró muy de cerca todo aquel movimiento entre decadente y esperanzado, donde se protestaba contra Vietnam y se luchaba por cambiar o al menos cuestionar el orden establecido. Por esos años Didion compartió excesivos fines de semana, paranoicas noches de alcohol y LSD, aunque también salpicadas de apasionantes conversaciones sobre cine y música, al lado de gente como Janis Joplin, Jim Morrison, Al Pacino, Brian de Palma, Scorsese o Warren Beaty. Esos eran sus amigos, ese era el clima que la rodeaba.  

Libros como «Según venga el juego», «Una liturgia común» o «El Álbum Blanco» la ubican como la escritora que mejor ha entendido y narrado su época. Sin embargo, los dos títulos más conmovedores —quizá por eso más populares— de Joan Didion son «La noche del pensamiento mágico» y «Noches azules». En el primero cuenta cómo sobrevivió a la repentina muerte por infarto de su marido, el también escritor John Gregory Dine, a quien no solo la unía el hecho de estar casados, sino una complicidad que desbordaba el matrimonio y que jamás se envenenó de celos profesionales. En «La noche del pensamiento…» nos encontramos a una mujer que está racionalmente convencida de que su esposo volverá de la muerte en cualquier momento, y quien ha pasado por algún tipo de duelo sabe que eso es verdad, que hay un momento, o una fase, en la que creemos que la realidad no puede ser cierta y esperamos que algún evento mágico la desmienta. 

Pero el dolor de Didion se extendió incluso más. Solo dos años después de la pérdida del compañero, murió su única hija, Quintana, quien había sido adoptada por Joan y John a los dos meses de nacer y que acabó afectada por una embolia pulmonar después de haber permanecido postrada más de un año en estado de coma. 

Hace unos días vi en Netflix «The center will not hold» (El centro cederá), documental con que Griffin Dunne, sobrino de Joan Didion, homenajea a su tía, charlando con ella sobre los momentos de su vida que más han determinado la fortaleza de su carácter. Es conmovedor escucharla hablar sobre sus padres, su infancia, su carrera, sus viajes por Estados Unidos, su adicción al tabaco y la Coca-Cola, sobre el divismo alcanzado en el periodismo y la literatura, y sobre cómo compuso la familia que luego vio desintegrarse por la muerte. Hay que escucharla pero también verla, porque detrás de la fragilidad de sus 43 kilos, de ese aspecto de pájaro extraviado, de la forma en que gesticula los brazos como ayudando a las palabras a dejarse entender, detrás de todo eso hay una mujer vital, recia, honesta, profundamente admirable.     

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© Fotografía Flickr: https://flic.kr/p/8GFrtj

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