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Verónica Ramírez
Periodista

Mujer tenía que ser

Publicado el 28 de octubre del 2022

Verónica Ramírez
Periodista

Mujer tenía que ser

Publicado el 28 de octubre del 2022

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Han pasado más de 200 años desde la muerte de la escritora británica Jane Austen y las seis novelas que escribió en sus breves 41 años de existencia se siguen adaptando a distintos formatos de manera incansable. El cine y la televisión la encuentran irresistible. Solo este año, las películas  Fire Island y Persuasión pueden dar buena cuenta de que Austen está más viva que nunca. 

¿Qué la hizo sobrevivir al tiempo y convertirse en un imperio cultural?

“Sus novelas, razonablemente exitosas en su época, fueron innovadoras, incluso revolucionarias, en formas que sus contemporáneos no reconocieron por completo. Algunas de las técnicas, que introdujo o usó con mayor eficacia que nadie antes, se han incorporado tanto a nuestra forma de pensar la ficción que parecen haber estado siempre ahí”, escribe Kathleen A. Flynn en un artículo del New York Times. 

La vida de Jane transcurrió casi siempre en el mismo lugar, en Steventon, Hampshire, al norte de Inglaterra. Vivió sin mayores carencias, custodiada por el ruido y el amor de sus padres y siete hermanos, al calor de una biblioteca inagotable. 

De todos sus hermanos, Jane tenía una favorita. Se llamaba Cassandra, era acuarelista y trazó el único retrato que existe de Jane, que, actualmente, se puede ver en la National Portrait Gallery de Londres. La correspondencia entre ellas ha sido vital para comprender el mundo interior de Jane, aunque se dice que Cassandra quemó las últimas cartas.

“Mi querida Cassandra, ¿por dónde empiezo? ¿Cuál de todas mis importantes nimiedades te cuento primero?”.

Sus “nimiedades” eran, ni más ni menos, que la escritura de Sensatez y sentimiento (Sense and Sensibility), publicada por primera vez en 1811 sin firma, solo con un “By a Lady” (Por una dama) en lugar del nombre de la autora. 

Sus “nimiedades” eran, ni más ni menos, que la escritura de Sensatez y sentimiento (Sense and Sensibility), publicada por primera vez en 1811 sin firma, solo con un “By a Lady” (Por una dama) en lugar del nombre de la autora. 

Luego llegaría Orgullo y prejuicio (Pride and Prejudice), en 1813, una novela sobre las aventuras y desventuras de los Bennet, una familia empobrecida con una madre que intenta desesperadamente casar a alguna de sus cinco hijas solteras, supuestamente, para salir adelante.

Elizabeth Bennet es la protagonista y el ciclón sobre el que gira la historia de amor y transformación entre ella y Mr. Darcy.

“Mi coraje siempre crece ante cada intento de intimidarme”, dice la apasionada y siempre asertiva Elizabeth.

“Sus novelas, cada una de ellas, puede verse como una amplia mirada del mundo que habitaba y ese material incluye un comentario implícito sobre las fuerzas políticas, económicas y sociales de su época. Las miradas, como la luz omnipresente, barren y sugieren, escuecen e interrogan”, escribió Carol Shields en la biografía Jane Austen (2005).

A esas dos novelas le siguieron Mansfield Park  (1814) y Emma (1815), que llegó a publicar en vida. De manera póstuma se publicaron  Northanger Abbey y Persuasión, ambas en 1817.

La vida sin misterios de Jane Austen creó estas seis novelas proyectadas y multiplicadas en cientos de obras en todo el mundo. En su breve paso por la vida creó grandes personajes femeninos que, gracias a carácteres encendidos, se hicieron completamente dueñas de sus destinos. Sus novelas son radiografías sociales de su tiempo y, a la vez, retratos críticos y penetrantes de las emociones humanas.

En su breve paso por la vida creó grandes personajes femeninos que, gracias a carácteres encendidos, se hicieron completamente dueñas de sus destinos.

Además, las historias de Jane siempre terminan bien. Quizás ahí reside el secreto de su éxito. Todas sus protagonistas encuentran el amor y son felices, por supuesto, no sin antes aprender varias cosas en el camino.  

En cierta forma, la vida de Jane también termina bien, aunque de una forma diferente. Si bien nunca conoció el amor, pudo ver publicadas sus obras, algo muy extraño para una mujer de su tiempo. Además, gracias a su amor por la literatura, firmó una gran hazaña: encontró la manera de vivir todas las vidas en una sola. 

Jane Austen (1775 -1817)

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