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Renato Cisneros
Periodista, poeta y novelista

Que sabe nadie

Publicado el 17 de diciembre del 2021

Renato Cisneros
Periodista, poeta y novelista

Que sabe nadie

Publicado el 17 de diciembre del 2021

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  1. Americanah 

(Chimamanda Ngozi Adichie) 

Aclamada historia acerca de dos jóvenes nigerianos, Ifemelu y su novio, Obinze, que en los años noventa dejan atrás su ciudad, Lagos, para emigrar a América. Es ella quien finalmente llega a Estados Unidos (Philadelphia), donde enfrenta los clásicos problemas de adaptación, pero también descubre un problema nuevo y crucial: la discriminación. Eso la hace tomar conciencia, por primera vez, de su identidad de mujer negra, un asunto que abordará escribiendo un blog. Entre tanto, Obinze acaba radicando en Londres, donde debe lidiar con asuntos burocráticos agotadores para un inmigrante como él. Cuando ambos personajes regresan a Nigeria, ya no son los mismos, y la sensación de extranjería no hace sino acentuarse, solo que ahora entre los suyos.     

  1. Las uvas de la ira 

(John Steinbeck)

Escrita en 1939, esta imprescindible novela del Nobel de literatura 1962 nos habla de las consecuencias de la gran depresión económica sobre las familias norteamericanas después del ‘crack’ del 29. Para la gran mayoría, la migración fue la única alternativa digna de sortear los rigores de la crisis. En la novela asistimos al viaje de los Joad, familia de agricultores, que salen de Oklahoma rumbo a California. El desplazamiento representa al mismo tiempo un acto de sobrevivencia así como una búsqueda de oportunidades en un medio inesperadamente hostil. El director de cine John Ford la adaptó al cine y eligió al notable Henry Fonda para dar rostro a Tom Joad, hombre que vive entre la culpa del pasado y el deseo de proteger a su familia. El título del libro proviene de una frase que sintetiza el espíritu de sus protagonistas: “En los ojos de los hambrientos hay una ira creciente. En las almas de las personas, las uvas de la ira se están llenando y se vuelven pesadas, […] listas para la vendimia”. 

  1. Tierra desacostumbrada

(Jhumpa Lahiri) 

Estadounidense de padres bengalíes, Lahiri ha llevado a la literatura esa experiencia híbrida. En este libro presenta ocho relatos de inmigrantes hindúes que viven tratando de hacer coincidir sus tradiciones culturales (su idioma, sus comidas, sus normas) con los desafíos modernos que encuentran en la costa este de los Estados Unidos. En esa lucha entre defender lo propio y aprehender lo occidental, conocemos a una joven casada con un norteamericano cuyo padre ha enviudado; a dos hermanos que se alcoholizan rompiendo los tabúes de su educación conservadora; a una mujer casada que conoce a un joven inmigrante por el que perderá la cabeza; y a dos enamorados cuya relación empieza en la infancia y va complejizándose hasta la adultez. En un libro anterior, la novela “El buen nombre”, ya Lahiri había apelado a esos mismos temas (exilio, adaptación, identidad) a través de una familia que emigra desde Calcuta a Boston para vivir su propio ‘sueño americano’. 

  1. La maravillosa vida breve de Óscar Wao

(Junot Díaz) 

Óscar es un caribeño nacido en un suburbio de New Jersey, cuya madre salió o más bien huyó de Santo Domingo tras la muerte del dictador Rafael Leonidas Trujillo. El hecho de ser negro, gordo, amante de los cómics, romántico y nerd no lo hace un tipo precisamente popular en su barrio, pero sí un magnífico personaje para retratar las tragedias de un dominicano que trata infructuosamente escapar de sus raíces. El humor y el drama surgen a lo largo de esta historia que tiene realismo, ciencia-ficción, español, inglés, saltos temporales y una alternancia de puntos de vista narrativos manejada con destreza: por algo fue considerada la mejor obra literaria del 2007 por el New York Times y ganó nada menos que el Pulitzer al año siguiente.  

  1. Emigrantes

(Shaun Tan) 

En esta novela gráfica de imágenes sin palabras un padre deja a su esposa e hijo en una ciudad ruinosa, cruza el océano y se instala en un país desconocido donde intentará una vida mejor. Lo acompañan solamente una maleta y unas pocas monedas. No pasa mucho tiempo antes que la ciudad que lo ha recibido se revele furiosa, futurista, enigmática, indescifrable; entonces el hombre decide migrar otra vez. El libro de Shaun Tan pertenece a una estirpe literaria en la que también se inserta el bello y multipremiado “Migrantes”, de la peruana Issa Watanabe, donde acompañamos a una manada de animales silenciosos en un peregrinaje hacia ninguna parte.  

  1. Ellis Island

(Georges Perec) 

Recientemente traducido al español, este inclasificable libro del inclasificable Perec narra los sobresaltos que vivieron los millones de migrantes europeos que ingresaron a Estados Unidos entre 1892 y 1924. La puerta de entrada para ellos era precisamente la pequeña Ellis Island, ubicada cerca de la Estatua de la Libertad en Nueva York. Sin resignar reflexiones casi de corte sociológico, el autor francés describe con gran pulsión lírica las vivencias de esos extranjeros que luego se convirtieron en ciudadanos norteamericanos, no sin antes padecer desengaños y algo de arrepentimiento por el desarraigo, por haber roto con el país donde nacieron. Breve pero contundente, base del guión del documental homónimo, “Ellis Island” ratifica la originalidad de Perec y justifica el viejo culto que sus lectores le deparan. 

  1. Purgatorio

(Tomás Eloy Martínez) 

Aunque algunos la consideran ‘novela de la dictadura’, Purgatorio también puede leerse como una novela de la migración. Puntualmente, de una migración forzada, involuntaria, un exilio en toda regla. El exilio de Simón, quien desaparece en Tucumán y treinta años más tarde reaparece en Nueva Jersey, donde lo encontrará su esposa, Emilia. La historia de la separación de esta pareja de cartógrafos será investigada por un periodista argentino radicado en Estados Unidos. Cabe recordar que el propio Tomás Eloy era un migrante por razones políticas: la Triple A lo amenazó y acabó refugiado en Venezuela. Por todos lado, esta novela transmite las incertidumbres y miedos de personajes que hacen su vida lejos de donde esa vida surgió. 

  1. La Bestia

(Sofía Nayeli Bazán) 

Andrea tiene 16 años, es guatemalteca, trabaja en un mercado vendiendo las pulseras artesanales que su madre fabrica por las noches. Su padre está enfermo y la familia ya no tiene dinero para las medicinas. Pronto se da cuenta de que ella es la elegida para salvar a su clan y –después de cortarse las trenzas y disfrazarse de chico, es decir, de mutar de identidad– emigra a Estados Unidos montada en un tren. Pero ese no es un ten cualquiera, sino ‘La Bestia’, el famoso tren de carga que lleva materiales a Estados Unidos y en el que todos los años cientos de migrantes centroamericanos intentan viajar como sea, exponiendo su vida, con tal de cruzar al norte. El año pasado esta novela juvenil ganó la decimoquinta edición del Premio Jordi Sierra i Fabra.  

  1. Antes que anochezca 

(Reynaldo Arenas) 

El autor cubano narra aquí unas memorias que se leen como documento autobiográfico y denuncia política. Repasa sus orígenes familiares en el campo, sus estudios y aventuras homosexuales en la isla, las vejaciones sufridas a manos de los esbirros de la dictadura cubana tanto por ser gay, como por ser escritor y crítico del régimen de Fidel Castro. Luego de la cárcel llegará el tiempo de huida y más tarde los días de exilio en Nueva York. Una migración dolorosa, hecha de frustraciones y amarguras. Antes de suicidarse, Arenas vive sus últimos días luchando contra la irreversible enfermedad que contrajo y reuniendo ánimo para escribir este y otros libros. Al final fue lejos de su patria donde consiguió la libertad suficiente para completar una obra que él mismo definió como “mi venganza contra casi todo el género humano”. En el 2000 se estrenó la película homónima, adaptación un tanto fallida de la que solo recordamos con aprecio la interpretación de Javier Bardem.

  1. Radio Ciudad perdida 

(Daniel Alarcón) 

A través de unos personajes psicológicamente muy bien definidos, Alarcón cuenta en esta novela el drama de los peruanos que jamás han podido quitarse de encima las marcas y señas de la guerra interna. En la historia, “Radio Ciudad Perdida” es un sintonizado programa de radio cuyo propósito es reunir a familiares separados por el conflicto civil; entonces aparecen traumas, pesadillas, fantasmas. Alarcón nació en Lima pero se marchó muy joven a Estados Unidos, desde donde ha vivido a distancia el fenómeno político social que marcó a toda su generación. Esta novela fue publicada en 2007 en inglés, al cabo de un tiempo fue traducida al español y otros idiomas. 

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