Don Elías Cubas Delgado había pensado en colocarle a su hijo Harry Kane, igual que el goleador de Inglaterra en el Mundial de Rusia, pero Marleni Ruiz —la enfermera del Centro de Salud Morro Solar que había salvado la vida del bebé durante el parto— sugirió buscar otro nombre futbolístico que «sonara mejor». ¿Cómo cuál?, preguntó don Elías aquella mañana del 12 de julio. «¿Qué tal Luka Modric?», propuso Marleni. El hombre lo pensó unos minutos, revisó en Internet detalles de la biografía del volante croata y lo consultó con su esposa, Felícita Villanueva. Solo cuando la pareja dio su visto bueno (después de todo, ya tenían un hijo llamado «Neymar»), Marleni procedió a llenar la hoja de registro con el nombre elegido: Luka Modric Cubas Villanueva. Aún faltaban tres días para que el jugador fuera destacado como el mejor futbolista del Mundial, de modo que la elección tuvo algo de intuición y profecía.
El caso ocurrido en Jaén, Cajamarca no tardó en dar la vuelta al mundo convertido en anécdota. Sin embargo, la sorpresa se atenúa si pensamos que es tradicional tomar prestados los nombres (y a veces los apellidos) de las figuras estelares de un Mundial para los bautizos. Después del Mundial de México 70, por ejemplo, miles de padres sudamericanos optaron por llamar a sus hijos «Edson» como una forma de homenajear al mejor jugador de aquel torneo, Pelé. La veneración generada por «O Reí» determinó que exista toda una generación de «Edson» en nuestro países.
Después del Mundial de México 70, por ejemplo, miles de padres sudamericanos optaron por llamar a sus hijos «Edson» como una forma de homenajear al mejor jugador de aquel torneo, Pelé.
En 2014, después del Mundial de Brasil, 70 niños colombianos fueron bautizados con el nombre «James Rodríguez». Ese mismo año, en Perú, 471 niños recibieron como nombre «Neymar» o «Neimar» (uno de ellos probablemente el hijo de don Elías Cubas), mientras que hubo 413 «Lionel» o «Messi». Según datos recientes de Reniec, hay 5 niños en Perú que llevan «Paolo Guerrero» como curioso nombre de pila.
Quizá el nombre más estrambótico vinculado al fútbol sea el de aquel niño del poblado de Maceió, al noreste de Brasil, cuyo padre, un señor de apellido Silva, obseso hincha del fútbol, decidió bautizarlo el 2006 con el desmesurado nombre «Zinedine Zidane Thierry Henry Barthez Eric Felipe», en tributo a Zidane, Henry y Barthez, al delantero galo Eric Cantona y al técnico brasileño Luiz Felipe Scolari.
Pero hay un caso más insólito todavía, el del niño del municipio ecuatoriano de Chone —famoso por los nombres extraños de sus habitantes— que fue bautizado como «Dos a dos Angulo», pues nació un día en que se disputó el clásico entre los equipos más populares de la localidad. El partido fue vibrante y terminó 2-2. El padre salió del estadio directamente a la maternidad y no lo pensó dos veces antes de registrar el insuperable nombre de su primogénito. «Dos a dos Angulo». Pasados unos años, los familiares y amigos del niño, quizá para ahorrarle vergüenzas, o simplemente de cariño, pasaron a llamarlo «Empate».
