Fundación BBVA Perú
Publicado el 5 de septiembre del 2018
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La representación iconográfica de la primera gran civilización peruana, abundante en demonios, serpientes y felinos, sería las mieles de los amantes del black metal.

Una serpiente con colmillos, tallada en una laja de piedra -y que se conserva en la Sala Orígenes del Museo de Arte Precolombino (MAP Cusco) de la Fundación BBVA Continental – es la representación exacta de la forma en la que los antiguos peruanos concebían la muerte como el destino final de toda existencia.

En aquella primigenia concepción del universo, los hombres de Chavín, representaban a la serpiente con colmillos como una deidad que conectaba el mundo subterráneo de los muertos con la superficie del mundo de los vivos. Y es que toda la iconografía Chavín se compone de estos seres mitológicos procedentes de la naturaleza y que el misticismo convierte en deidades imponentes que le recuerdan al hombre común su condición mortal.

SOBRE ESTA PIEDRA NEGRA

Chavín se erige en una privilegiada zona de la sierra norte del Perú, donde los elementos de la naturaleza componen una majestuosa serie de contradicciones. La imponente piedra negra de la cordillera que apunta al azul intenso del cielo serrano es tan solo un ejemplo de esta maravillosa vastedad que deslumbra y conmueve.

En ese punto único del universo se ubica el Castillo Chavín donde justamente se preserva la mayor parte de su legado y desde donde se descifra el mundo en el que vivieron los hombres y mujeres de Chavín de Huántar. Y en ese universo se encuentran la Estela de Raimondi, el Lanzón Monolítico y las Cabezas Clavas del Castillo.

Y en todas ellas aparecen abrumadoramente los demonios, los felinos y los reptiles, tan afectos ahora en la estética del black metal y todas las oscuras vertientes del rock actual, que demarcan una estética orientada, más que a asustar, a prevenir de las condiciones de la vida humana.

DEL ORIGEN AL APOGEO

Pues el arte que hoy deslumbra era parte del ritual ceremonial de los antiguos Chavín en sus cultos, pagos y, era evidente, sus sacrificios. La serpiente en laja que se conserva en el MAP Cusco, es precisamente parte de una superficie ceremonial que felizmente se ha conservado y que se expone para satisfacción de los visitantes.

La Laja de Piedra Chavín que se encuentra en la Sala Orígenes del MAP Cusco forma parte de la exposición permanente de arte precolombino que reúne aquellas expresiones anteriores al surgimiento del Imperio Inca y que fueron parte del proceso del desarrollo de la civilización que se gestó en esta parte del continente.

El Museo de Arte Precolombino del Cusco se sitúa en la Plazoleta de Las Nazarenas en el centro milenario de la capital imperial y donde alguna vez se instaló la residencia del español Gerónimo Luis de Cabrera de la Cerda, y dónde se ha logrado establecer que previamente funcionaba una casa del saber, Yachayhuasi, del tiempo de los incas.

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