Fundación BBVA Perú
Publicado el 20 de diciembre del 2022
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Se cumplieron los 485 de la emisión de la Real Cédula que reconoció como ciudad y le confirió el Escudo de Armas a Trujillo. El documento es preservado por la Fundación BBVA y puede admirarse durante los meses de diciembre en la Casa de la Emancipación de la capital liberteña.

Fundada entre 1534 y 1535 como uno de los primeros emplazamientos de los conquistadores, Trujillo fue bautizada así en honor al pueblo natal de su capitán Francisco Pizarro. Desde entonces recibía la denominación de “villa” dentro de los territorios pertenecientes a la Nueva Castilla.

La prosperidad de sus habitantes y el consecuente progreso de la localidad pronto exigieron el reconocimiento de su estatus acorde a sus servicios a la corona y a la importancia dentro de las actividades desarrolladas en el continente. Trujillo era mucho más que una “villa”.

Trujillo, la grande

La solicitud se formalizó ante las autoridades españolas y fue el procurador Hernando de Zevallos el encargado de presentar antes sus majestades la solicitud de reconocimiento como ciudad y como tal, el otorgamiento de un escudo de armas a la altura de su prestigio y dignidad.

Rezaba la solicitud: “por ende por la presente es nuestra merced y mandamos que ahora de aquí en adelante la dicha villa se llame e intitule ciudad de Trujillo y que goce de las preminencias, prerrogativas e inmunidades que puede y debe gozar para ser ciudad”.

Atendidos los requerimientos, el 7 de diciembre de 1537, en la Ciudad de Valladolid, España, la corona emitió la Real Cédula mediante la cual se confiere a Trujillo la condición de ciudad y el otorgamiento de su escudo de armas, el cual es descrito con prolija precisión.

“Un escudo dentro del cual están dos columnas sobre aguas azules y blancas y encima de ellas una corona del rey de oro cercada de perlas y piedras con dos bastones que abracen las dichas dos columnas y salgan arriba por dentro de la dicha corona y en medio de las dichas columnas esté una K de oro que es la primera letra del nombre de su Majestad (K de Karolus en latín) en campo azul y por timbre encima del escudo un grifo que mire a la mano derecha y abrace dicho escudo”.

El documento lleva la firma del emperador Carlos V. Suscriben la cédula el secretario del Rey, Juan Vásquez de Molina y los miembros del Consejo Real, el licenciado Suárez Carvajal, el doctor Bernal, el licenciado Gutierre Velásquez y Bernal de Arias.

Manda el Rey 

Más allá del prestigio y orgullo que representaba este reconocimiento de parte de la Corona, el documento servía para establecer las características y el diseño del escudo que, según el paso de los siglos, fue sumando algunas modificaciones que lo distorsionaron en su concepción original.

La cédula, ciertamente, tuvo un destino accidentado. En los años 1619 y 1759 la ciudad sufrió dos terribles terremotos y es de suponer que en alguno de ellos se perdieron los documentos fundacionales más importantes, incluida la Real Cédula y sus órdenes y precisiones.

Un documento emitido por el Archivo General de la Nación, por ejemplo, compara el diseño original de Cédula Imperial, con el escudo representado por las acuarelas del Obispo Martínez Compañón a finales de los años de 1700, que contiene otros decorados y elementos.

Pergamino manda

Cotejar tales diferencias es posible gracias a la recuperación de la cédula original. En el año de 1960, Jaime de Orbegoso, integrante de unos de los clanes más representativos de la ciudad trujillana, acudió a una librería de Londres donde se realizaba una subasta pública.

En un alarde de amor por su tierra y su historia, de Orbegoso adquirió el original en venta de la Real Cédula, que había sido sustraída del Perú por manos inescrupulosas, y la devolvió al Perú, cediéndola, en ceremonia especial, a la Municipalidad Provincial de Trujillo.

Luego, ante los riesgos inminentes de otra probable sustracción, se creyó conveniente ponerla en custodia del entonces Banco Continental, hoy BBVA, que la preserva a la fecha de hoy y la pone al alcance de todos los peruanos y todos los visitantes de la histórica ciudad Trujillana.

La cédula en casa

A través de la Fundación BBVA, la Real Cédula se exhibe todos los meses de diciembre en la sala principal de la Casa de la Emancipación, ubicada en pleno centro histórico. El resto del año se exhibe una reproducción, en aras de preservar un documento tan valioso.

Se cumplieron los 485 años de la emisión de la Real Cédula y el Escudo de Armas de Trujillo y este mes la Casa de la Emancipación de la Fundación BBVA lo conmemora con la preservación de este histórico documento, tan caro a la historia y tradición de la noble ciudad trujillana.

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