La Casa de la Emancipación de Trujillo, actual sede de la Fundación BBVA, fue donde se reunieron los primeros patriotas para abrazar la causa independentista. Fue ahí donde se decidió el apoyo y respaldo a la expedición libertadora del general don José de San Martín, cuyas fuerzas se encontraban todavía acantonadas en el pueblo de Huaura, al norte de Lima.
Fueron los nobles de la ciudad, quienes liderados por el marqués don José Bernardo de Torre Tagle, se reunieron en la entonces llamada Casa de las ventanas (debido a sus ventanales de hierro forjado) para decidir el destino del ideal patriótico.
En la reunión, ocurrida el 29 de diciembre de 1820, el marqués de Torre Tagle, quien era la máxima autoridad de la intendencia, anticipándose a cualquier resolución por vía de las armas, proclamó la independencia de Trujillo. Una declaratoria que no solo fue retórica, sino que supuso un apoyo logístico, económico y militar al general San Martín.
El aliado del norte
La declaratoria no fue un rapto de la emoción sino la consecuencia de largos preparativos realizados por Torre Tagle. El marqués no era un desconocido para San Martín, sabían uno del otro, pero con cierta distancia. Con quién sí mantenía estrechos vínculos amicales y familiares era con don Bernardo de O’Higgins, quien a su vez era el gran amigo, confidente y compañero de armas del general San Martín.
Torre Tagle y O’Higgins habían estudiado juntos en el Real Convictorio de San Carlos de Lima. Aquel vínculo se estrechó aún más cuando, en 1819, el marqués de Torre Tagle contrajo nupcias con doña Mariana de Echevarría y Ulloa, viuda de don Demetrio O’Higgins, un pariente de don Bernardo.
Un apoyo decisivo
Los efectos de la independencia proclamada en Trujillo no tardaron en tener efecto. El historiador trujillano Alberto Pinillos, en su libro “La Independencia de Trujillo” (2016), revela que el 12 de febrero de 1821, San Martín firmó desde su cuartel de Huaura una proclama a los ilustres habitantes de Trujillo, destacando el decidido apoyo brindado por el marqués de Torre Tagle:
“Somos libres, dijo su digno jefe; y en el instante enmudece; y huye la tiranía despavorida. La voz de aquel hijo de la libertad resuena por todo el ámbito del afortunado Trujillo, y de acuerdo con sus sentimientos y unidos a los de todos sus habitantes, más de cien pueblos proclaman su independencia…”.
La proclama de San Martín viajó por toda la costa y fue recibida por la Sala capitular del ayuntamiento de la ciudad de Trujillo el 23 de febrero de 1821.
Gracias Trujillo
Todos estos hechos antecedieron y propiciaron la llegada de San Martín a Lima y la proclamación de la independencia el 28 de julio de 1821.
El apoyo de los nobles trujillanos y en especial del marqués de Torre Tagle, fue decisivo para alcanzar este desenlace. En su artículo “El generalísimo San Martín estuvo en Trujillo” (2013), Iván La Riva Vegazzo sostiene: «Recordemos que San Martín estuvo muy agradecido por el apoyo brindado por la Intendencia de Trujillo a la causa libertaria y que alguna vez le dijo a Juan Manuel Iturregui, alrededor de 1846, en su exilio francés: ‘Si no se levanta Trujillo, hubiera tenido que reembarcarme para Chile sin saber cuáles habrían sido las consecuencias para los patriotas y la independencia del Perú'».
Fue así como La Casa de la Emancipación fue escenario de la proclamación de la independencia siete meses antes de la proclamación realizada por San Martín en Lima. La decisión y valentía de estos primeros patriotas fueron determinantes para decidir el destino del Perú y consolidar el ideal libertario de la América emancipada.