La sede de la Fundación BBVA en la capital liberteña atesora uno de los documentos históricos más importantes de los primeros años del virreinato español. Se trata de la Real Cédula que confirió a Trujillo su escudo de armas y elevó su estatus de villa a ciudad. Fue un 7 de diciembre de 1537 que, en la ciudad de Valladolid, el rey Carlos I de España firmó la Real Cédula en la que se pormenorizaron las calidades que ostenta Trujillo y que le valieron el otorgamiento de su escudo real:
“Un escudo dentro del cual están dos columnas sobre aguas azules y blancas y encima de ellas una corona del rey de oro cercada de perlas y piedras con dos bastones que abracen las dichas dos columnas y salgan arriba por dentro de la dicha corona y en medio de las dichas columnas esté una K de oro que es la primera letra del nombre de su Majestad (K de Karolus en latín) en campo azul y por timbre encima del escudo un grifo (animal fabuloso, mitad águila, mitad león) que mire a la mano derecha y abrace dicho escudo”.
Trujillo de Nueva Castilla
En su momento fue para los residentes la realización de prolongado anhelo. Establecidos en la costa norte del Perú, los españoles llamaron a la zona como tierra natal del conquistador Francisco Pizarro: Trujillo. Fue el procurador Hernando de Zevallos quien presentó antes su majestad la solicitud de reconocimiento como ciudad y el otorgamiento de un escudo de armas «a la altura de su prestigio y dignidad».
El documento representó, no solo el reconocimiento oficial de su existencia como ciudad, sino también su importancia estratégica y cultural en el naciente virreinato del Perú. Trujillo figura entre las primeras ciudades fundadas en territorio peruano por la Corona Española y, además, la sitúa en el selecto grupo de ciudades de América Latina que cuentan con cédulas reales, piezas clave en la construcción de identidad y memoria histórica.
La Real Cédula de Trujillo figura junto a las cédulas de: Lima en 1537 y Cusco en 1540. En otras ciudades de Américas e emitieron cédulas para: México en 1523, Puebla en 1538, Guadalajara en 1539, Mérida en 1542, Quito en 1541, Bogotá en 1548, Santiago de Chile en 1542. Aunque no hay un número exacto, se calcula que existen entre 100 y 200 escudos de armas conferidos por la Corona Española en los virreinatos de América.
Tesoro nacional
En 487 años de historia la Cédula ha tenido un destino accidentado. En los años 1619 y 1759 Trujillo sufrió dos terribles terremotos en los cuáles se extraviaron los documentos fundacionales la ciudad. En 1960 la cédula fue recuperada en una subasta en Londres por el notable trujillano Jaime de Orbegoso quien la devolvió a la ciudad a través del municipio principal. En aras de prevenir probables sustracciones se optó por entregarla en custodia al hoy BBVA, el cual la preserva en la Casa de la Emancipación, sede de la Fundación BBVA en la región de La Libertad.
En 2019 la Real Cédula fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación, destacando su importancia como símbolo de identidad y cohesión para los trujillanos. El documento se puede observar a detalle en la visita virtual que se puede realizar a la Casa de la Emancipación a través del enlace: https://www.fundacionbbvaperudigital.pe/tour-virtual/casa-emancipacion/