Fue la Organización de las Naciones para la Educación y la Cultura, Unesco, la que en 1960 instituyó el 22 de agosto como el Día Mundial del Folclore. Una fecha para rendir homenaje a las principales manifestaciones artísticas y culturales de nuestros pueblos.
La fecha conmemora la primera vez que se empleó este término, cuando el 22 de agosto de 1846, el escritor e investigador Williams G. Thorns acuñó el término “folklore”, que reúne las palabras en inglés “folk” que significa “pueblo” y “lore” que se traduce como “saber”.
Thorn, quien había dedicado su carrera a la recopilación de tradiciones, mitos y leyendas originarias de los pueblos, remitió una carta a la revista londinense Atheneum en la que fundamentaba el uso de su término y la validez de sus estudios.
Desde entonces el estudio y preservación de las tradiciones y costumbres ancestrales de las naciones se ha desarrollado cada vez con mayor ahínco. El término adaptado como un anglicismo al español cambió su ortografía a “folclore”, según la Real Academia de la Lengua.
Folclore virtual
El Perú que mantiene una rica tradición folclórica a lo largo de su historia, siempre le ha dedicado a la celebración actividades especiales como desfiles, pasacalles y espectáculos musicales. Sin embargo, este año debido a la pandemia, dichas actividades serán de modo virtual.
Una de ellas será la edición Vía Facebook Live del IV Festival Internacional de Folklore “Arguedas para el mundo”, que presenta la Escuela Nacional de Folklore José María Arguedas. La cual cuenta con la participación de elencos de Ecuador, Panamá, Costa Rica, México, Argentina y Perú.
El evento es completamente gratuito y se transmite por Facebook Live este sábado 22 de agosto a las 8 p.m. Solo hay que ingresar al perfil de la institución: https://www.facebook.com/ENSFJMA/
El folclore en cifras
El respaldo de la Unesco al folclore se sostiene en efectos positivos para las sociedades. El desarrollo y cultivo de las expresiones artísticas y culturales fomenta el desarrollo e integración de las naciones, así como favorece un clima de tolerancia y de inclusión a la diversidad.
Este efecto positivo se extiende en otros ámbitos. La ONU calcula que hasta antes de la pandemia las industrias culturales contribuían 2,250 millones de dólares a la economía global (3% del PBI mundial) y representan más de 29 millones de empleos en todo el mundo.
Música para las masas
Más que una artesanía y un objeto de museo, el folclore es un elemento orgánico y dinámico, en permanente desarrollo. Una de las vertientes de esa tradición es la música andina la cual se mantiene más vigorosa que nunca.
La conquista del huayno en la capital, por ejemplo, se remonta a la edad dorada de las pioneras de lo coliseos como Pastorita Huaracina y Princesita de Yungay en los años 60. Conociendo su pico más alto con el huayno con arpa de 1999 a cargo de Dina Páucar y Sonia Morales.
En la actualidad es el estilo sureño el que más adeptos congrega con cantantes imprescindibles como Naranjita de Sucre o Rosita de Espinar. Siendo la figura más importante de la actualidad la puneña Yarita Lizeth Yanarico, conocida por sus fanáticos como “La Chinita del Amor”.
Aquí puedes ver uno de sus grandes éxitos:
Esa es solo una vertiente que da cuenta de lo vivo que está el folclore entre nosotros. Y que como arte popular se renueva y está sujeto a reinterpretaciones que lo mantienen en el gusto de las mayorías que hoy celebran el día dedicado a la genuina voz de los pueblos.
Gracias a la Unesco, celebramos cada 22 de agosto el Día Mundial del Folclore como un reconocimiento a las expresiones artísticas y culturales de nuestros pueblos. Una forma de mantener la identidad y cultura como vehículos de integración y desarrollo.