Fundación BBVA Perú
Publicado el 6 de julio del 2020
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Hay maestros que trascienden en la memoria de sus alumnos por las lecciones que perduran toda una vida; pero hay profesores que alcanzaron celebridad porque a través de los años se convirtieron en reconocidos poetas cuyas obras se mantienen vigentes.

La vida consagrada a las letras no siempre depara las tempranas mieles de la celebridad. Por lo regular comprende un camino áspero que impone estrecheces económicas y el sacrificado oficio de la enseñanza.

Las lecciones de Vallejo

Algunos de nuestros más célebres poetas fueron maestros. Tal es el caso del más alto exponente de la poesía peruana: César Vallejo. Instalado en Lima desde 1917, el poeta trujillano empieza a trabajar como docente un año más tarde a la edad de 26 años.

Sus primeras clases las dicta como profesor en el Colegio Barrós, para trasladarse al año siguiente al que era el principal colegio de Lima: Nuestra Señora de Guadalupe. Ahí se desempeña como profesor de gramática española e inspector de disciplina.

Ese mismo año, en 1919, publica “Los Heraldos Negros”, de evidente tradición modernista. Se dice que Vallejo arrendaba una pensión en la calle de Acequia Alta, actual cuadra 5 del jirón Cailloma, muy cerca a las actuales avenidas Tacna y Emancipación. Lo que le permitía ir a pie al colegio, ubicado en la avenida Alfonso Ugarte.

El profesor de francés

Tras haber transitado las capitales del mundo y haber sido uno de los fundadores del surrealismo, el poeta César Moro, pasó los últimos años de su vida como profesor de idiomas en el Colegio Militar Leoncio Prado.

Moro, cuyo verdadero nombre era Alfredo Quispez Asín, había vivido entre Europa y México, pero se dedicó a la enseñanza del francés al interior de un violento e intolerante centro castrense que incluso inspiraría a un personaje literario.

En 1948, a la edad de 45 años, Moro regresa al Perú y lejos de optar por otras opciones laborales, acepta trabajar en el colegio militar. Por esa misma época, Mario Vargas Llosa se encuentra estudiando los últimos años de secundaria en ese mismo plantel.

El profesor Moro servirá de inspiración para el Profesor Fontana, el frágil y afeminado personaje que aparece en las páginas de “La ciudad y los perros”, víctima de los abucheos, abusos y burlas de los despiadados cadetes estudiantes.

Vargas Llosa dirá luego en su libro de memorias “El pez en el agua”, que sólo recién en la universidad se enteró de la relevancia de aquel profesor. Fue tal su admiración postrera que dedicaría varios ensayos al estudio de César Moro y la poesía surrealista.

Para críticos y estudiosos como Ricardo Silva-Santisteban (quien también es profesor) la presencia de Moro en una escuela militar resulta “absurda”, mientras que para Vargas Llosa se explica como un desafío a una institución castrense y una forma de templar el carácter. 

En la universidad

Otros poetas que comparten sus labores literarias son los docentes universitarios. En la página web Encuentra tu poema, hallamos a algunos de ellos, quienes han laborado como catedráticos, la mayor de las veces, de literatura o de lingüística.

Tal es el caso del Presidente de la Academia Peruana de la Lengua, Marco Martos, quien es profesor de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y también de la jesuita Universidad Ruiz de Montoya.

El poeta Javier Sologuren desarrolló un lectorado (profesor auxiliar que enseña en su lengua materna en una plaza extranjera) en la Universidad de Lund en Suecia. A su regreso al Perú, en 1958, enseñó en San Marcos, la Universidad Enrique Guzmán y Valle-La Cantuta y en la Universidad Nacional Agraria. En esta última coincidió con otro docente literario: José María Arguedas.

Carlos Germán Belli además de enseñar en la universidad de San Marcos, participó en la reforma educativa implantada durante el gobierno militar del general Juan Velasco.

En tiempos más recientes, la poeta Carmen Ollé, a inicios de los 90, se dedicó a la enseñanza en la Universidad La Cantuta. Mario Montalbetti es profesor de lingüística en la Pontificia Universidad Católica del Perú, mientras que Giovanna Pollarolo es profesora de la Universidad del Pacífico.

Como se ve, el Día del Maestro tranquilamente podría ser también el día del poeta peruano. Muchos de nuestros más conocidos escritores nacionales se han dedicado a la enseñanza y de alguna manera hoy es también un día de celebración para todos ellos. Felicidades para todos.

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