Fundación BBVA Perú
Publicado el 6 de enero del 2025
Comparte en:

Ilustración: Frida Chamochumbi

Ejemplo de persistencia y vocación, Dania Mamani, docente integrante del programa «Leer es estar adelante», es una de las protagonistas del nuevo libro de Antonio Orjeda, «Mancha brava. Maestras», que reúne las historias de mujeres que desafiaron todos los obstáculos para alcanzar la meta de servir a través de la educación, a través de la lectura. Este libro está disponible en libre descarga aquí.

Dania Mamani así, ha pasado de leer historias a sus queridos alumnos a ser la protagonista de su propia aventura, que se remonta hasta su natal Puno, pasando por la mudanza a Lima y las angustias económicas de su familia que por un momento pusieron en riesgo su realización profesional. En el libro, Dania comparte espacio con historias de otras maestras. En su caso, el autor destaca esa voluntad y sacrificio que le permitieron a la docente especializarse en la enseñanza inicial y primaria, así como en las danzas típicas. «Me contactaron por intermedio del programa Leer es estar Adelante. Antonio Orjeda realizó una entrevista en la que compartí mis experiencias, desafíos y logros para ser una maestra».

Problema y solución

Su trabajo en los colegios de San Juan de Lurigancho, donde vive y trabaja, le permitieron conocer muy tempranamente los niveles de comprensión lectora en los niños de los primeros años de primaria. «Era evidente que algunos estudiantes necesitaban más apoyo para inferir significados, conectar información o interpretar críticamente», recuerda Dania. Antes que la escuela donde enseñaba se integrase al programa «Leer es estar adelante», Dania ya había intentado afianzar las capacidades de sus alumnos: «Utilicé una variedad de métodos, estrategias diferenciadas, como el uso de organizadores gráficos, lecturas guiadas y preguntas desafiantes».

–¿Por qué considera que el programa «Leer es estar adelante» sí obtiene resultados? 

–Porque el programa se basa en conocer las habilidades que se desarrollan en el antes, durante y después de la lectura, le permite al estudiante comprender un texto y a involucrarse de manera activa. El programa también integra actividades como identificar ideas principales, hacer inferencias y reflexionar críticamente. Las lecturas permiten deducir de qué trata cada texto, los materiales están adaptados al nivel de los estudiantes y promueven un aprendizaje progresivo, que permite avanzar de manera constante.

Una maestra singular

Como se menciona en «Mancha brava. Maestras», Dania alternó sus estudios como docente de inicial y primaria con los de maestra de folclore. En esa formación ella ha integrado sus dos más grandes pasiones, pero al mismo tiempo una particularidad como profesora.

«La lectura, al igual que las danzas, es un vehículo poderoso para generar identidad en los estudiantes. A través de la lectura, los niños pueden explorar historias, tradiciones y aspectos que les permiten conectarse con su cultura, comprender su historia y valorar sus raíces».

«Mientras que en las danzas», señala, «se transmiten emociones y relaciones culturales mediante el movimiento y desplazamiento rítmico a través de la música, la lectura lo hace a través de las palabras, transportando a los lectores a mundos que enriquecen su sentido de pertenencia y su conexión con el entorno».

–¿Por qué es importante la comprensión lectora en la educación de los niños?

–Cuando los estudiantes entienden lo que leen, pueden analizar, reflexionar y aplicar la información de manera significativa en su vida diaria, lo que les permite resolver problemas, expresar sus ideas con claridad y participar activamente en su entorno. Además, la comprensión lectora fomenta el pensamiento crítico, la creatividad y la autonomía, habilidades esenciales para enfrentar los desafíos de la vida, ayudándolos a formar su identidad y construir un futuro con más oportunidades.

Aprendizaje constante

La experiencia de Dania Mamani, tal como se relata en el libro, es apasionante, perseverante y valiente. «Ha sido un viaje lleno de momentos de crecimiento y aprendizaje, en los que he tenido que adaptarme a nuevos retos y superar obstáculos. Aunque ha habido reveses, cada uno de ellos ha sido una oportunidad para aprender y mejorar mi práctica educativa». Hoy mira el futuro con esperanza y a sus colegas les aconseja: «La educación es un camino desafiante, pero increíblemente gratificante. Mi consejo es que no pierdan la fe en sí mismas, que aprendan de cada experiencia y busquen siempre la mejora continua. Ser maestra también implica ser un aprendiz constante. Con paciencia, pasión y perseverancia, verán cómo su esfuerzo transforma a sus estudiantes».

Comparte en:

TAMBIEN TE PUEDE INTERESAR